miércoles, 18 de octubre de 2017

Surcos de la tierra,
Que se ven en tu rostro papá,
Surcos en los que sembraste semillas
de esperanza y libertad.

En tus ojos se pierden los sueños
de los vástagos que sembraste
de los cuales esperabas los mejores
frutos de tu cosecha.

Aún optimista sonríes
a la vida que has llevado a cuestas,
la  cual has sabido llevar con paciencia,
llenándote de sabiduría.

Tu miraba alberga secretos
que sólo tu alma en silencio
conoce y siempre los lleva guardados
en lo más profundo de su ser.

Hay de aquel que no aprovecha
sentarse en tu regazo
y escuchar la más bellas historias
de tu niñez y ver brillar tus ojos
de felicidad al recordar aquellas aventuras
llenas de travesuras.

Quiero caminar en tu camino
quiero cargar tus dolores y tu felicidad,
quiero ser un gran hombre
en el que un día se marquen los surcos
de los caminos recorridos,
y pueda mi corazón sentirse bendecido,
por ser el fruto que dejaste sembrado
en los surcos de vida papá.

Escrito por: Cándida Rosa Corado Rivera
Fotografía: Hugo Velásquez
Caminos de mi infancia,
caminos de mi Tecpán,
 caminos de mis recuerdos,
caminos de felicidad.

Mis recuerdos de niño los guardo
en el corazón,
recuerdos de juego y de opresión,
pero todos valieron la pena,
para ser lo que soy.

Cierro los ojos y me veo
cargando con orgullo
la carreta de mamá
con la que llevaba la ropa
y el nixtamal, para que mi mamá
nos diera tortillas salidas
del comal.

Infancia, amada infancia
Llenaste mi corazón
de esperanzas y sueños,
de tristeza y de dolor

Ahora sólo veo caminos del
pasado y horizontes del futuro.

Escrito por: Cándida Rosa Corado Rivera
Fotografía: Andy Higueros Vielman



 QUERIDA MAESTRA  Querida maestra Tu voz quedará en cada pasillo En cada salón En cada corazón Querida maestra Cada pizarrón que tuviste al ...